Avances en el control de Drosophila suzukii en vid de mesa
14/06/2021Expertos debatieron sobre bioseguridad e inocuidad alimentaria, UPV publicará manual de buenas prácticas
28/06/2021Según la Asociación Mundial de Manzanas y Peras (WAPA, por sus siglas en inglés), en Chile la producción de manzanas para la temporada 2021 alcanzaría 1,5 millones de toneladas, siendo el principal país productor del hemisferio sur (Chilealimentos, 2021); destacándose las variedades del grupo Galas, Pink Lady®, Granny Smith y Fuji. Del total producido, se estima que 651.000 toneladas serían exportadas.
Con este volumen, se debe desafiar la factibilidad de realizar una oferta de fruta sostenida durante gran parte del año, para lo cual un importante porcentaje se destina a periodos prolongados de almacenaje en origen (hasta nueve meses, dependiendo la temporada) y posteriormente, una vez embalada, debe ser capaz de soportar viajes largos hacia los distintos mercados de destino (25 a 50 días).
Para lo anterior, y con el propósito de llegar al consumidor con un producto de excelente calidad y condición, es que año a año tanto los productores como los exportadores se ven enfrentados a grandes desafíos, ya sea desde el punto de vista productivo como de manejos para mantener los requerimientos antes indicados.
Los productores trabajan consistentemente, durante todo el año, para obtener un producto de calidad, con buen calibre, color de cubrimiento para el caso de las variedades bicolores y verde intenso para el caso de las manzanas Granny Smith. También son rigurosos en cumplir con los programas de aplicaciones de agroquímicos y fertilizantes, que les permiten obtener una fruta sana y de adecuada postcosecha con bajo potencial de desórdenes fisiológicos.
Finalmente, durante la cosecha, trabajan con una adecuada programación para poder recolectar la fruta de forma cuidadosa, evitando provocarle daños por impactos y heridas, como también acotando la ventana de cosecha para obtener una fruta con la madurez adecuada que le permita una guarda prolongada.
A su vez, las plantas de embalaje y frigoríficos se preparan para recepcionar la fruta, segregarla para guarda o proceso inmediato y almacenarla bajo las condiciones adecuadas según los requisitos de cada variedad, para finalmente embalarla tomando todas las precauciones necesarias que eviten mermar su calidad y condición.
Del 100% de la fruta que se produce en los huertos, tenemos un volumen importante que, durante algún eslabón de la cadena productiva, pierde su calidad y/o condición para ser comercializada bajo los estándares requeridos por los consumidores; lo anterior está fuertemente influenciado por factores de manejo en el huerto ya sea durante el desarrollo de la fruta (potencial de desarrollo de desórdenes fisiológicos, calibre y color) y durante la cosecha (madurez, daños por impacto y heridas), como también durante el almacenaje (desarrollo de desórdenes fisiológicos y maduración acelerada) y procesamiento (daños por impacto y heridas).
Respecto a lo anterior, se realizó un análisis de la producción 2021, para las cuatro variedades o grupos de variedades más representativos de la producción nacional, respecto a los principales daños, defectos y desórdenes fisiológicos que se han observado durante los procesos de embalaje a la fecha (Trío Kimün SpA, 2021), lo cual se detalla en la Tabla 1.
El desarrollo o aparición de estos problemas se evidencia con menor a mayor severidad dependiendo de la sensibilidad que tenga la fruta. A continuación, se realizará una breve descripción de los problemas antes señalados:
1. GOLPE DE SOL
Desorden fisiológico causado por la exposición de la fruta a altas temperaturas y radiación solar, por un periodo prolongado (Valenzuela, L et al. 2011). Corresponde a uno de los principales problemas de descarte de fruta en el huerto, pudiendo alcanzar niveles mayores al 40% de incidencia, dependiendo la susceptibilidad de la especie/variedad a la alta radiación solar e intensidad lumínica (Boletín 1, número 1, noviembre 2001. Centro de Pomáceas Universidad de Talca).
Existen diversos factores que influyen en la susceptibilidad de la fruta a este daño, siendo el más importante de todos la variedad, donde las más sensibles al daño corresponderían a Fuji, Braeburn y Pink Lady. A su vez, también influye el portainjerto que se está utilizando, donde los enanizantes ayudan a incrementar el daño. Finalmente se ha visto que con sistemas de conducción que dejan a la fruta más expuesta (como el Solaxe) se genera un daño aún mayor (Yuri, J.A. 2009).
También influye el estrés hídrico, la orientación de la hilera de plantación, posición del fruto en el árbol, carga frutal, nutrición mineral y el contenido de carbohidratos del fruto (Valenzuela, L. y Muñoz, C. 2011).
2. GRIETA PEDUNCULAR
Desorden asociado a fruta con sobremadurez que se caracteriza por presentarse como un cracking severo, el cual penetra en la pulpa e implica la exposición de tejido interno de la fruta, que se extiende en forma recta hacia los hombros del fruto (Moggia, C. & Pereira. M. 2003).
Esta temporada se ha observado una incidencia cercana al 50% en base a las evaluaciones de fruta descarte de proceso (comercial de proceso). Aparece en la zona de la cavidad peduncular. Inicialmente son pequeñas (microfisuras) y superficiales, pero luego se agrandan y profundizan pudiendo afectar tejidos internos. La presencia de estas heridas facilita la entrada de patógenos. Como ya se mencionó variedades Gala son muy suceptibles a este problema.
3. HERIDA ABIERTA
Daño por impacto, provocado a la fruta debido a un trato inadecuado ya sea en cosecha, traslado de la fruta a planta de proceso así como también durante el embalaje propiamente tal. Se manifiesta como un corte de la piel que, por lo general, compromete la pulpa y evoluciona drásticamente favoreciendo el desarrollo de organismos fitopatógenos, provocando que la fruta pierda completamente su calidad de comercialización.
Esta temporada se ha visto una incidencia de hasta un 60%, en base a la fruta descarte de proceso.
4. HERIDA DE PEDÚNCULO/ TIJERA
Daño mecánico provocado a la fruta, que, dependiendo su origen, se produce ya sea en el huerto durante la cosecha, con las tijeras usadas en la labor de corte del pedúnculo o por los pedúnculos de la fruta. Este último factor puede también causar daño durante el traslado a la planta de proceso o en el proceso propiamente tal.
5. MACHUCÓN
Daño por impacto ya sea entre frutos como también entre el fruto y una superficie rígida, el cual genera un deterioro de la pulpa, por rupturas celulares, sin provocar herida abierta. Éste deriva finalmente en un tejido blando con un cambio de coloración.
6. LENTICELOSIS
Desorden llamado así de forma genérica, pero que se clasifica en:
- Lenticel Breakdown (LBD), cuando se genera durante el crecimiento del fruto comprometiendo sólo lenticelas, las que inicialmente se tornan de color pardo claro hasta terminar como depresiones oscuras. Los factores que inciden en su desarrollo son la susceptibilidad varietal, siendo el grupo de las manzanas Galas el más susceptible, la cosecha de fruta con madurez avanzada, fruta de calibre grande, altas temperaturas durante el período de crecimiento del fruto y aplicación de productos químicos tanto en el huerto como en la postcosecha.
- Lenticel Blotch Pit (LBP), que es el daño epidermal que se observa como tejido corchoso, irregular. Se inicia en la lenticela y posteriormente se extiende en superficie, afectando las primeras capas de células del fruto (Calvo, 2004). Se asocia con fruta cosechada sobremadura y su desarrollo está influenciado por déficit de calcio (Moggia, C. & Pereira, M. 2003).
7. PIGMENTACIÓN ROJIZA
Este defecto característico de las manzanas Granny Smith se produce por la pérdida temprana de la clorofila, la fruta se torna de color amarillo y parece pigmentación rojiza en parte de su superficie. Lo anterior hace que la fruta pierda su valor comercial, por lo que es rechazada en el proceso de embalaje.
8. ESCALDADO SUPERFICIAL
Desorden característico de manzanas Granny Smith y variedades rojas tradicionales. Se caracteriza por la presencia de manchas de color pardo con bordes irregulares que afectan solo la piel del fruto. A medida que avanza la severidad del desorden se observa el oscurecimiento de la mancha y el incremento de la superficie afectada. En general, ocurre después de un período mínimo de tres o cuatro meses de almacenamiento a bajas temperaturas y se agrava durante la exposición a temperatura ambiente (Calvo, G.& Gandan, P. 2013).
Esta temporada se ha descartado durante el proceso entre un 1 y un 6%.