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02/03/2023FUENTE : REVISTA MUNDOAGRO
En el cultivo de la vid de mesa, la pudrición del racimo es y, lamentablemente, seguirá siendo uno de los principales problemas de índole fitosanitario, del cual mucho se conoce, pero, aun así, poco se puede asegurar respecto del éxito de los programas fitosanitarios implementados para su control. Es por ello que esta actividad productiva hace años dejó de ser un área de exclusivo interés comercial, para transformarse en un desafío personal para quienes colaboramos con él.
Para entender el papel que desempeña cada intervención fitosanitaria que considera el manejo integrado de Botrytis spp., es necesario conocer ciertos eventos que ocurren durante diferentes estados fenológicos (BBCH) de la vid de mesa. Diferentes investigadores han dividido la ocurrencia estos eventos en dos periodos susceptibles de infección: A) desde inflorescencias visibles (BBCH 57) hasta racimos con bayas sin contacto entre ellas (BBCH 73) y B) desde racimos con bayas en contacto entre ellas (BBCH 75) hasta bayas con madurez de cosecha (BBCH 89).
En el caso de las inflorescencias (periodo A), la contaminación por conidias responsable del tizón de la inflorescencia y/o el inicio de la infección latente, puede generarse mediante varias vías: la que afecta al estilo u óvulos (vía I), otra a los estambres o pétalos (vía IIa) y/o al fruto incipiente, a través del pedicelo (vía IIb). Durante este mismo periodo, el patógeno también contamina los restos florales con conidias, los cuales quedarán atrapados al interior del racimo en desarrollo (vía III), pudiendo comprometer, incluso, el raquis de los jóvenes racimos (BBCH 71 a 73). Posteriormente, este patógeno (y otros), sobrevive como un microorganismo saprófito (descompone el material vegetal muerto) en los restos florales persistentes, conformando una importante fuente de inóculo para los racimos en desarrollo. Esta situación, ante condiciones medioambientales favorables (Tº y humedad), va a permitir que el micelio persistente genere abundantes conidias al interior de los racimos, las que inocularán la superficie externa de las bayas en diferentes estados de maduración (vía IV). Si las vías I a III, no han sido oportuna y eficientemente interrumpidas, la infección resultante incidirá directamente en los resultados de pudriciones que predominen en postcosecha.
Durante el segundo periodo de infección (B), desde inicio de envero (BBCH 81) y en presencia de condiciones favorables para la enfermedad, se desarrollan, mediante una conducta policíclica clásica en los racimos, nuevas pudriciones en las bayas y la dispersión de nuevas conidias hacia otros sitios de infección (vía Va) y de manera paralela, las bayas en maduración pueden infectarse a través de micelio aéreo producido en las bayas infectadas adyacentes (vía Vb o baya a baya). Dado que este hábito de contaminación ocurre en superficie, la estrategia de control que se decida durante este periodo sólo permite optimizar la calidad de la fruta y no subsanar las falencias ocurridas durante el periodo de infección A.
De acuerdo con lo anterior, es evidente que la composición estructural y bioquímica del tejido vegetal susceptible a infección, así como las condiciones medioambientales imperantes determinan, en gran medida, la eficacia del proceso infectivo como la de las estrategias de control a implementar, por lo que resulta determinante considerar el valioso conocimiento local del que se dispone en cada una de las unidades productivas.
Al momento de seleccionar entre las opciones fungicidas más eficientes para interrumpir las vías de infección IV, Va y Vb, no solo debe primar la rigurosidad por mantener el número de residuos detectables en la fruta en el menor valor posible, sino además mantener un margen de seguridad que permita, en caso de ser necesario, la intervención insecticida ante la presencia de plagas tan dañinas como lo es la mosquita de alas manchadas, la cual, en rebeldía a la literatura pertinente, en nuestro país, a partir de BBCH 81 comienza a deleitarse con esta fruta, promoviendo la generación de daños colaterales desestimados o inesperados que favorecen el desarrollo de otras pudriciones (pudrición ácida), con una severidad incluso superior a la reportada por Botrytis spp.
Dada esta compleja situación y la aun escasa disponibilidad de alternativas de control insecticida con mayor inocuidad, la solución radica en programas de control preventivos conjuntos a partir de BBCH 81, tanto para Botrytis spp. y otras pudriciones (mayor espectro de control) como para control de Drosophila spp., siempre manteniendo al día el mandato de intervenciones obligatorias para el control de L. botrana instruido por el SAG.
ENSAYO CON BOTRITICIDAS
Considerando estos antecedentes, durante la temporada 2021-22, vides comercialmente productivas del cv. Crimson Seedless de 21 años, fueron tratadas inicialmente con un programa fitosanitario botriticida “tradicional” que incluyó los siguientes productos comerciales, según estado fenológico: Vertice® 430 SC (BBCH 57-58), Luna Tranquility® (BBCH 61), Teldor® 500 SC (BBCH 63-65), Switch® 62,5 WG (BBCH 69) y Puelche® WP (BBCH 71= 5 días post Switch® 62,5 WG, en aplicación exclusiva). Posteriormente solo se implementó el tratamiento oídicida y durante BBCH 81, BBCH 85 y BBCH 89, aquellos tratamientos (4 repeticiones/4 plantas c/u) que se especifican en el Cuadro 1.
Se determinó inicialmente (BBCH 61), el potencial de inóculo de Botrytis spp. en flores (n= 200/repetición), las cuales se incubaron en cámaras húmedas, oscuridad y temperatura de 20 ± 2ºC, por hasta 14 días. Una vez implementados los tratamientos, las evaluaciones consistieron en determinaciones in situ e in vivo (postcosecha refrigerada por 45 días) de los porcentajes de pudriciones asociadas tanto a Botrytis spp. y/o Penicillium spp.
En el caso de la evaluación in situ (BBCH 89), 100 racimos fueron evaluados trascurridos cuatro días desde la finalización de las aplicaciones correspondiente, dado los modos de acción de los fungicidas evaluados (Foto 1). En el caso de post – cosecha, se evaluaron cajas con 10 racimos (n=4 cajas/ tratamiento; peso de caja entre 8.700 y 13.500 g). La evaluación de postcosecha consideró dos evaluaciones: inmediatamente retirada desde frigorífico y transcurridas 72 horas de incubación a temperatura ambiente (Foto 2). Los resultados porcentuales de incidencia fueron analizados estadísticamente mediante la prueba ANDEVA y método de comparaciones múltiples LSD de Fisher y un nivel de confianza de 95%, previa transformación angular de los datos.
RESULTADOS
A partir de los resultados detallados en los Cuadros 2 a 5, pudimos obtener bastante información y parte de ella la compartimos a continuación. Dada la concentración inicial de inóculo potencial cuantificada en BBCH 61, el área experimental a intervenir fue caracterizada como “con presión moderada a alta” para la infección por Botrytis spp. Por lo tanto, el programa a implementar para contrarrestar dicha presión, debió ser lo suficientemente eficaz y oportuno para no permitir la generación de un importante porcentaje inóculo latente. Efectuadas las tres aplicaciones reiteradas de precosecha (solo por motivos protocolares se omitió las estrategias de manejo antiresistencia) (Cuadro 1), la evaluación in situ permitió cuantificar valores porcentuales de pudrición que, en el caso de Botrytis spp., fluctuaron entre un 1,0% (T3: Kaligreen®) y un 28%, en el caso del tratamiento control (T1). En el caso de Penicillium spp., los valores porcentuales determinados fluctuaron entre 0,0% (T5, Scala®) y un máximo de 5,0%, en el tratamiento control (T1) (Cuadro 3).
Transcurridos 45 días de almacenamiento refrigerado, la fruta, en el caso de pudrición por Botrytis spp., evidenció un escaso nivel de pudrición, diferenciándose significativa y exclusivamente todos los tratamientos respecto del control, resultado que repitió su significancia durante la segunda fecha de evaluación (Cuadro 4).
En el caso de pudriciones atribuibles a Penicillium spp., si bien los porcentajes cuantificados fueron bajos, evidenciaron un efecto poco definido o significativo ya sea, entre los tratamientos, como también respecto del testigo. Sin embargo, transcurrido el periodo de incubación (72 h) y efectuada la sumatoria de los resultados de ambas fechas de evaluación, solo dos de los tratamientos evaluados (T2: Puelche® WP y T3: Kaligreen®), se diferenciaron significativamente respecto del tratamiento control (T1).
Analizando estos resultados y aquellos obtenidos durante la evaluación in situ, podemos concluir que, asignar a la condición que observamos durante la evaluación in situ un mayor valor predictivo respecto al “potencial” nivel de infección a determinar durante postcosecha, es un análisis poco certero. Las “posibles predicciones” que un ojo menos entrenado pudiese haber concluido al respecto, en el caso de este estudio en particular, habría “sacrificado” con mucha antelación, a varias alternativas fungicidas que finalmente evidenciaron los más eficientes resultados debido a la no corroboración de su desempeño, una vez finalizado el almacenamiento refrigerado.
Es importante destacar que, entre estos datos, existe un resultado que no resulta menor y que a los “matemáticos” de la naturaleza les puede parecer marginal o no significativo, pero que, en lo cotidiano, créanos que lo es. Como se observa en el Cuadro 4, si bien muchos tratamientos tuvieron un desempeño eficiente, incluso en ambas evaluaciones y pudriciones, científicamente esto es muy atractivo, aunque comercialmente no lo es.
El Cuadro 5 resume la sumatoria de ambas pudriciones (pudriciones totales). Sorpresa o no, solo dos de las alternativas aquí evaluadas han permitido salvar una importante limitante en destino: cuantificar porcentualmente las pudriciones totales por debajo del umbral 0,5% y estas han sido Puelche® WP (FRAC BM 02) y Switch® 62,5 WG (FR AC 9+12), con la importante diferencia entre ambas alternativas fungicidas de que una de ellas no suma a la fruta residuos cuestionables por tipo o cantidad y no contiene ingredientes activos candidatos a sustitución para la Unión Europea (https:// ec.europa.eu/food/plant/pesticides/eu-pesticidesdatabase/start/screen/active-substances).
Si bien durante varias temporadas hemos evaluado en campo productos clasificados por FR AC como BM01 (Biológicos con Múltiples modos de acción: Extractos de plantas), BM02 (Biológicos con Múltiples modos de acción: Microorganismos (vivos, extractos o metabolitos) o NC (No Clasificados), coincidentemente como lo indica la literatura internacional especializada, nuestros resultados evidencian variabilidad respecto de los resultados entre temporadas (aunque no significativa), pudiendo ser este uno de los principales factores por los cuales los productores tienden a desencantarse de este tipo de fungicidas muy dependientes de la condición del hospedero tratado y este último, de las condiciones medioambientales imperantes.
Sin embargo, los datos obtenidos en las últimas temporadas refuerzan la necesidad de incluir en los programas fitosanitarios tanto a productos FRAC BM01, BM02 como a NC, debidamente registrados como -biocidas con la autoridad competente, principalmente durante los periodos críticos BBCH 71-73 y BBCH 81 a BBCH 89, con la finalidad adicional de disminuir el aporte de residuos no deseados en la fruta producida, mejorar el contenido y biodiversidad de la microbiota benéfica presente en el predio, disminuir la cantidad de inóculo potencial disponible en el predio para la próxima temporada, biorremediar el ecosistemas y favorecer la biodisponibilidad de nutrientes desde el suelo a la planta.
Referencias:
– Elmer and Michailides, 2007. In Botrytis: Biology, Pathology and Control. pp. 243 -272.
– Fedele, et al. 2020. Front. Plant Sci. 11:1232. doi: 10.3389/fpls.2020.01232
Declaración de los autores: Los autores no reciben comisión por venta, promoción ni recomendación de los productos involucrados en la investigación. Artículo e investigación financiado exclusivamente por Agri Development® en colaboración con los agricultores, a quienes se agradece encarecidamente la facilitación de las instalaciones. Datos entregados son referenciales, no constituyen recomendación.