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01/12/2018La intención del encuentro es exigir al Ministerio de Agricultura que por decreto resuelva la denominación de origen y la fiscalización de este proceso productivo.
TALCA.- A escasas horas de que caduque el plazo establecido en el último encuentro entre asociaciones de productores, parlamentarios de la Región del Maule y el ministro de Agricultura, Antonio Walker, los gremios de viñateros más importantes del país -que congregan más de 10 mil pequeños productores y que generan el 70% de la uva viníferas- volvieron a reunirse en su afán por transparentar la producción de vinos en Chile.
Es por ello que Fernando Medina, presidente de la Asociación Agrícola Central, aseveró que en Chile existe una ley que regula la denominación de origen, así como las variedades a utilizar, donde se prohíbe la mezcla de vinos de uva de mesa con el de uvas viníferas, culpando de ello a grandes empresas.
“Estas malas prácticas son absolutamente profusas y se hacen habitualmente, transformando uvas de mesa en uvas viníferas o mezclando ambas para agrandar los volúmenes, para luego exportarlas con glosas que no corresponden”, denunció.
Añadió que debido a estas malas prácticas, el vino chileno ha perdido mercado, perjudicando a varias cepas, cuyo único destino ahora es el de ser vinificadas.
“El tema es que no cometan fraude y si se vinifican uvas de mesa, que la etiqueta diga que es vino de uva de mesa, que son vinos que no alcanzan los grados (de alcohol), que no tienen color y que no los falsifiquen y adulteren para transformarlos en uvas viníferas, que son las que prestigian al país”, advirtió el presidente de Agrícola Central.
Medina resaltó la oposición de grandes asociaciones -como Vinos de Chile- a transparentar la producción de los vinos para evitar adulteraciones, estimando que casi un tercio de la producción de vino sería de uva de mesa. “Resulta que cuando uno ve las glosas de exportación, lo que se exporta es casi nada. Obviamente, en el camino este vino cambia de nombre y eso es ilegal”, destacó.
Por su parte, Rodrigo Balbontín, presidente de Vinos Curicó-Maule AG, confirmó que esto afecta a toda la cadena. “Porque mezclar fraudulentamente el vino producido por uva de mesa pasa a ser un sucedáneo que al final regula el mercado, el precio de la uva y del vino”, destacó.
Balbontín indicó que, en momentos de escasez de la uva vinífera, lo normal es que los precios suban, sin embargo, esto no ocurre, porque las grandes empresas buscan una materia prima más barata y la mezclan ilegalmente con las uvas cabernet de esta zona”, aseguró.
La situación data desde el 2006, según comentó Pablo Navarrete, presidente de Vinicultores de Villa Alegre y Loncomilla, quién recordó la demanda por abuso de posición dominante en la Fiscalía Nacional Económica contra Concha y Toro, Santa Rita y San Pedro.
“Por años hemos sido literalmente esclavos de las grandes viñas, porque nadie puede trabajar por el costo de producción y mantener una familia”, denunció Navarrete, quien insiste en transparentar el mercado.
El dirigente gremial aludió a la necesidad de disminuir las cantidades de agua en el vino, asegurando que la Organización Internacional de Viñas y Vinos no ve con buenos ojos este ingrediente, recomendando la disminución de su uso a un 1,4%.
Andrés Vial, presidente de la Asociación de Productores de Uvas y Vinos, añadió la necesidad que las leyes sobre el uso del agua en el vino obedezcan a una lógica técnica, es decir, de “un 1% ó 2% como máximo que es el agua necesaria para las prácticas enológicas”.